No
existe nada que pudiera alimentar la justificación de dar muerte a otra persona
intencionadamente. Por eso cuando nos llega una noticia de esta índole,
pensamos de que materia están hechas las entrañas morales de quienes cometen
estas atrocidades. Pero aun mucho más horrendo es, si el asesinato se realiza a
través de la acción de un sicario.
Es
lo mas retorcido de lo ya retorcido; el crimen ya no por el ofuscado y frió
temperamento propio del criminal que lo realiza, no solo como consecuencia de
sabe Dios que maquiavélica circunstancia, sino la logística y preparación previa
del macabro acontecimiento por los organizadores.
Parece
que la sangre fría de los alacranes, ha sido inoculada en las venas de estos
personajes para ayudarles a ser capaces de asesinar por encargo, sin más
justificación que un puñado de Euros al bolsillo, como quien realiza otro
trabajo cualquiera.
Claro
que si esa es la sangre y saña que tiene el sicario ejecutor ¿Qué clase de
liquido habrá en las arterias de quienes lo proponen y pagan un dinero para con
ello lavarse las manos y “no tener nada que ver en el asunto”?
El
asesino a sueldo, parecería mas un típico personaje de algunos países centro
americanos, también algún otro europeo, dicho esto con los debidos respetos; y
cuando ocurre estos por allá nos suenan a muy lejanos y las noticias son casi
insensibles , desgraciadamente, no generando impacto; se toma como acciones del
crimen organizado y ya esta. Pero cuando estas noticias provienen de nuestro
entorno, la conmoción aumenta, y la indignación se hace mas patente, no solo
por la mano ejecutora sino hacia quienes ponen la idea, dan detalles al asesino
y facilitan el acto, etc… para luego esperar tranquilamente disponiendo eso si,
de alguna cuartada por si acaso.
Para
finalizar queda por decir que si además los organizadores del maquiavélico
parricidio son presuntamente, un grupo formado por esposa hija y novio de esta,
hemos de pensar que es es cenit de lo horrible, llevando a los mayores extremos
de crueldad y odio hacia marido y padre respectivamente.
A
medida que se ha hilvanado lo escrito, que además sucedió en mi pueblo natal,
me sumerjo mas en la aseverancia de que los verdaderos criminales son,
repetimos presuntamente, en este caso quienes fraguan el plan diabólico de
ejecución, con la idea macabra de que encargando y pagando al asesino, ya
quedaban exentos y fuera de sospechas y responsabilidades.
Ricardo
Gago Fernández
Ourense
DIARIO LA REGION
OURENSE
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