22/1/13

COMO HAN CAMBIADO LAS COSTUMBRES (22 febrero 2012)




Antiguamente, aprendimos a nadar y nos bañábamos en el Miño porque además era creíble que el agua del río por su “corriente y frescura” parecía mas sana que la “encharcada” ahora nos bañamos en “las charcas” porque la del río no esta precisamente purificada, y eso que es la que bebemos.

Antiguamente, había que hacer “senderismo ruario” casi obligado para ir a trabajar, no había otro medio. Ahora como no tenemos trabajo hacemos senderismo.

Antiguamente, se colocaban las terrazas de cafeterías en las aceras amplias desde las cuales se “dominaban  a la vista las calzadas” ahora en muchas calles se colocan las terrazas en las calzadas para dominar las aceras.

Antiguamente, íbamos a las fiestas para bailar al ritmo que marcaba la orquesta. Ahora como ya no hay quien baile traen las orquestas sus propios showman-bailarines, y nos quedamos mirándoles el ritmo con que bailan.

Antiguamente, lo normal era tener una novia mucho tiempo. Ahora lo normal es tener muchas novias poco tiempo.

Antiguamente, comíamos bacalao como “xantar de pobres”. Ahora en los apreciados menús de ricos se incluye el bacalao.

Antiguamente, escribíamos una carta para felicitar a alguien. Ahora felicitamos a alguien que es capaz de escribir una carta.

Antiguamente, los jóvenes cedíamos el asiento a una persona mayor en el autobús. Ahora nos miran a los mayores para ver si nos bajamos y sentarse los jóvenes.

Antiguamente, piropeábamos a una chica a la que veíamos alguna cualidad especial. Ahora es raramente especial quien  piropea a una chica.

Antiguamente, en el amor no estaba implícito el sexo. Ahora en el sexo no esta implícito el amor.

Antiguamente, aprendíamos los alumnos cosas de los educadores, incluso con algún “cachete” si se terciaba. Ahora los alumnos condicionan a los educadores incluso con algún remangón si se tercia.

Antiguamente, cuando éramos jóvenes nos enseñaban nuestros progenitores a ser “personas de bien en la vida”. Ahora los jóvenes enseñan a los progenitores a no meterse en sus vidas.

Antiguamente, los jóvenes nos escondíamos de los mayores para fumar. Ahora casi es condición fumar para ser mayores.


Ricardo Gago Fernández
Ourense




DIARIO LA REGION
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