Ya sabemos que
no existe en nuestra ciudad una plaza con tal designación o nombre, aunque por
lo que representó ser en algún momento esa figura, bien merecería dedicarle una
calle o una plaza.
El emigrante
es un personaje que deja su propio país para residir en el extranjero; casi
siempre con el propósito de volver a su lugar de origen años después, al
considerar que sus ahorros podían ser lo suficientemente importantes para
situarse en un nivel de vida un poco superior a su regreso, del que motivó su decisión
anterior de ausentarse y sufrir las consecuencias incomodas de adaptarse a un nuevo país a un nuevo trabajo,
otro idioma, costumbres etc.
Si nos
referimos a nuestra ciudad concretamente, fueron muchos los que por tales motivos tuvieron o
tuvimos que ausentarnos por un periodo de tiempo más o menos largo de la
vida. Un altísimo porcentaje regresamos;
unos desde el extranjero, otros desde diversos lugares de España, que al fin y
al cabo si no emigración literal, no deja de ser ausencia de la ciudad donde
gastamos las zapatillas de la juventud, por motivos de mejora de calidad de
vida o económicos.
Con nuestro
trabajo en un mundo distinto al que nacimos, hemos colaborado también en gran
importancia al engrandecimiento de nuestra ciudad. Hemos invertido nuestros
ahorros en ella, contribuyendo en hacerla mas grande, mas moderna, mas
significativa.
Si se han dedicado
calles, plazas etc. a personajes ilustres pasados que fueron de alguna manera
importante para Ourense, con mayor razón para exigir la dedicación de un lugar
público, a quienes han hecho que la ciudad no se estancase en la pasada mediocridad económica.
No ignoramos que se hizo una estatua de chapa.
Fue ubicada en la entrada del Puente Romano frente al colegio de Salesianos,
pero ya la han cambiado de ubicación; ahora esta en la confluencia de las
calles de los Remedios con Salvador Dalí
y otras, en el barrio del Couto
Y hacemos una
reflexión. El lugar actual de la escultura es físicamente un gran espacio
perfectamente definido, que más que una conexión de cuatro calles, es una vistosa y amplia plaza
en la que además la mencionada esbelta figura metálica luce mucho.
¿No podría
renombrarse el sitio como Plaza del Emigrante, si además la efigie ya esta
colocada?
Según se
bautizan y rebautizan plazas, calles etc. sin mas motivos que la designación, a
veces caprichosa de la alcaldía de turno; también se puede renombrar el lugar
de referencia, como homenaje a quienes han sido, son y serán siempre directa o
indirectamente artífices con su aportación, del engrandecimiento de nuestra
ciudad, invirtiendo aquí lo que económicamente han conseguido fuera, los
Emigrantes de Ourense.
Ricardo Gago
Fernández
Ourense
DIARIO LA REGION
OURENSE
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