5/2/13

LAS BANDERAS EN LOS BALCONES (19 julio 2012)


Quienes desde fuera de España conocían la idiosincrasia socio-política de los españoles, seguramente tras los últimos acontecimientos deportivos habrán tenido que cambiar el sentido del pensamiento y la opinión sobre el patriotismo hispano. No pueden generarse al mismo tiempo tantas contradicciones en la españolidad. Se sale de la lógica sociologicamente hablando.

Podríamos creer que España era tal vez el único país del planeta en donde la bandera representativa no se mostraba mas que en los centros oficiales, si acaso en caso en las festividades y para eso no en todas las regiones. Era como bien sabemos hasta motivo de mofa y falta de respeto de un importante porcentaje de ciudadanos que colgaban el san Benito de fachas a quienes de algún modo la ensalzaban. Y desde luego era impensable la exhibición a modus particular en la ventana de un domicilio.

No soy moralista de estado, ni lo pretendo, pero me parece que tal cambio socio-cultural-patriótico casi instantáneo es digno de un estudio por parte de sociólogos y doctos en simbolismos y comportamientos humanos  en cuestiones deportivas; aquí algo no es congruente.

Sabemos desde luego que el deporte es capaz de unir tendencias políticas distintas, si estas no son demasiados profundas en el ego de las personas, pero manifestar satisfacción, alegría, jolgorio, etc. de los éxitos deportivos con la bandera que simboliza la patria de todos, es por lo menos un poco chocante, un poco exagerado.

Bueno es, que estos hechos se produzcan y si fuese muchas veces mejor, pero me temo que no; que esto no es mas que el canto del cisne, sin óbito final. En España no nacemos (como en otros países europeos que no es necesario nombrar), con orgullo de patria, por encima de todas las muy respetables tendencias políticas posteriores, que se van generando en la vida personal. Los españoles somos diferentes hasta para eso, que no me atrevo a calificar de fariseísmo colectivo, pero tampoco encuentro la frase adecuada para manifestar una opinión lógica sobre las contrariedades de razonamiento de colocar pendones al viento en los balcones de ubicaciones domesticas; cuando luego nos hacemos eco de una predisposición a la contrariedad de todo lo que sea ensalzar como base de la Nación los colores rojo-amarillo.

Todo esto ha salido a relucir como innegable consecuencia de los éxitos de la “La Española” la Roja del fútbol, y que sigan por muchos generaciones, no solo por la satisfacción de los futboleros, que somos muchos, sino que así nos acostumbramos también a manifestar positivos sentimientos de alegría generalizada, como los vividos recientemente, no se si unidos todos por el magenta y el gualda del estandarte,o solamente por el rojo de la camisola de los futbolistas.Creo que solo por lo segundo.

 En cualquier caso las pizcas de luminosidad en las fachadas de muchos domicilios en el momento en que nos toca vivir, bien merece una simbólica calificación de Notable.



Ricardo Gago fernandez
Ourense

 

DIARIO LA REGION
        OURENSE



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