Recientemente
hemos leído en algún medio informativo el error que cometió el Sr. Presidente
de EE.UU. al expresar en un discurso “campo de exterminio polaco”, cuando
parece ser que su intención probablemente fuera referirse a los Campos de
Concentración Nazis que los alemanes construyeron en territorio polaco, en la Segunda Guerra
Mundial.
Hasta
donde sabemos, Polonia es para Estados Unidos un país amigo. Los americanos que
premeditan al milímetro y con pomposidad todos sus actos y discursos
gubernamentales, también se les escapan los conceptos algunas veces; y como en
este caso los diseñadores de la perorata del mandatario en honor del señor
Karski que había sido un estadounidense destacado en la lucha contra los nazis,
tampoco supieron ajustar las frases, colocando al Presidente en un compromiso
de gran calado al ser pronunciadas.
Una
cosa es quien comete una insensatez como la de los alemanes en aquel momento, y
otra el lugar donde tiene motivo la misma. El gobierno polaco tiene sobradas
razones para haberse molestado por las palabras del Sr. Obama. Hace algún
tiempo precisamente sabemos de los esfuerzos que Polonia está realizando para
hacer ver la realidad de que los campos de exterminio fueron impuestos en su territorio
por los Nazis durante la ocupación, no por ellos, como algunos piensan.
No
vamos a pronunciarnos políticamente sobre el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, entre
otras cosas por que lo que del desgraciado y funesto acontecimiento, sabemos son conocimientos generalizados ; pero si
hacer una reflexión a modo de interrogante ¿Ha sido un error de palabras del
discurso o ha sido desconocimiento del orador, de lo que ocurrió en la
contienda en los países europeos?
El
contenido de la expresión pronunciada por la máxima autoridad, confunde de
manera sublime a los ciudadanos
americanos (no tanto a los europeos, se supone) a quienes eso de la guerra
mundial sucedió en Europa y para ellos está muy lejos, tanto en lugar como en tiempo.
Seguramente
al Sr. Presidente no le habrían comentado la incongruencia de su frase, hasta
finalizado el acto de homenaje civil a las personalidades, a las que se dirigía,
o hasta que los polacos se quejaron; y cuyo acto tenia lugar en la propia Casa
Blanca.
No
obstante, también hay que pensar, que no por ser la máxima autoridad mundial,
ha de tener perfección de conocimientos de lo que ocurrió en la historia del
mundo y de la cual la confrontación bélica mencionada formo parte en tiempo
pretérito aun contemporáneo; pero hay
errores que duelen a quienes por consecuencia del gazapo, ofenden al aludido ;
por eso el pueblo polaco ha tenido motivos para molestarse.
Ricardo Gago Fernández
Ourense
DIARIO LA REGION
OURENSE
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