12/9/11

LAS FIESTAS GASTRONÓMICAS (29 abril 2011)

Esto de las fiestas gastronomitas en Galicia tiene su miga social. Antaño cada Villa, cada pueblo, celebraba una vez al año su Fiesta Patronal, la fiesta del Santo. Decíamos: “maña imos a festa de Castrelo…” y ya allí, si se terciaba nos tomábamos unas arguías con un vaso de vino.

Pero el paso del tiempo ha invertido los términos y los motivos; ahora decimos “maña imos xantar unhas anguías a Castrelo e de paso a festa” porque lo social, si antes era tomar algo mientras se escuchaba a los gaiteiros, ahora se escucha la música  mientras nos hinchamos a comer.

El pulpo en Carballiño fue una de las fiestas gastronomitas pioneras, pero poco a poco las Villas y Pueblos con caché culinario se fueron adjudicando su menú típico anual y los que no lo hicieron aun, lo tienen crudo (y nunca mejor dicho) para montarlo; está todo pillado “o polvo, o cocido, o pemento, a anguia, a codorniz, a vitela, a empanada, a lamprea, o mexillon, a carne o caldeiro, o porco iberico”….

Casi no debe quedar ya nada, y los lugares que quieran disponer de fiesta gastronómica propia, van a tener que recurrir a manjares de importación, “día del arroz tres delicias, día de los espaguetis en salsa verde, día del pollo frito al estilo Xian-su” …etc. Salvo que reautoricen degustar especies autóctonas prohibidas, “el gorrión frito”, que antaño recuerdo como un socorrido bocado de cierto aprecio cuando la alimentación precisamente no abundaba.

Pero la verdad es que con tales motivos festeros se les da vida a los pueblo, se mueve el dinero, se montan grandes carpas para el degustado del menú, se contratan músicos, se tiran foguetes; además de lo que supone a la comisión gestora recaudar y adquirir la materia prima, elaborarla, etc. para el ágape.

Y mientras se degusta la especialidad no muy cómodamente sentados en bancos de madera alrededor de largas mesas, nos atiborramos a buen vino del país, algunas veces etiquetado para la ocasión.

Hay pandillas muy “comprometidas con la causa” que no se pierden una reunión culinaria en toda nuestra provincia, dignos de elogio, porque ayudan a hacer grande la cultura gastronómica de Galicia participando en estas “cuchipandas”.

Aunque la autentica decana de las comidas comunitarias son los tradicionales e iterativos  “ xantares na feira”. Antaño servían para sellar un acuerdo entre vendedor y comprador de un becerro, y hoy que ya no hay transacciones comerciales ganaderas, sirve para saborear sin más, el cefalópodo mas apreciado, rehogado con pimiento y aceite de la cónica alcuza.

Por cierto  que se me viene a la memoria una acedota del año 1965; recibí en mi lugar de trabajo a un técnico de la empresa, que venia de Madrid, le enseñé Ourense (la ciudad) y luego le llevé a comer pulpo aprovechando que era día de feria para que degustara algo típico. A media tarde, el hombre que había estado muy serio durante la comida, llamaba a su mujer por teléfono y le decía: “Orense muy bonito, ya te explicaré, pero fíjate Mary si son ancestrales aun en Galicia, que todavía comen en platos de madera.







Ricardo Gago Fernández
Ourense


DIARIO LA REGION
         OURENSE

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